LOS PECES LABIOS DULCES, Plectorhynchus Orientalis.
Los dibujos repetitivos de rayas y puntos, aunque son muy visibles en los peces aislados, hacen que éstos sean muy difíciles de distinguir cuando se encuentran en un banco. A la vista de un depredador no es tarea fácil discernir donde empieza y acaba cada uno de los individuos.
Es por eso que estos llamativos peces, que deben su nombre vulgar a sus grandes labios carnosos, se reúnen en grupos de entre 10 y 20 individuos. Prácticamente inmóviles, se les ve apostados contra corriente o al refugio de formaciones coralinas como en este caso. Ante la llegada de "un intruso" que mejor opción que la de esconderse bajo una cornisa repleta de coral amarillo para completar su camuflaje.
Escrito por Aurelia Artolachipi
Foto: Manuel Campillo