LA PELEA DE LOS ERMITAÑOS
Los cangrejos ermitaños tienen un blando abdomen que necesitan proteger a toda costa. Para ello utilizan la concha vacía de un molusco convirtiéndola en su hogar ambulante. Pero a medida que ellos van creciendo, la concha del gasterópodo se les va quedando pequeña por lo que tienen que mudar periódicamente de hogar.
Encontrar una concha vacía del tamaño adecuado es una tarea difícil cuando la mayoría están ocupadas. La competencia puede ser feroz y se producen encarnizadas peleas con heridas que incluyen patas, pinzas y antenas perdidas. Pero no siempre las disputas son por la casa. En esta ocasión un suculento mejillón provoca el encarecido acoso del pequeño Pagurus anachoretus sobre el gran ermitaño rojo de Mediterráneo, Dardanus Calidus.
Escrito por Aurelia Artolachipi
Foto: Manuel Campillo
Los cangrejos ermitaños tienen un blando abdomen que necesitan proteger a toda costa. Para ello utilizan la concha vacía de un molusco convirtiéndola en su hogar ambulante. Pero a medida que ellos van creciendo, la concha del gasterópodo se les va quedando pequeña por lo que tienen que mudar periódicamente de hogar.
Encontrar una concha vacía del tamaño adecuado es una tarea difícil cuando la mayoría están ocupadas. La competencia puede ser feroz y se producen encarnizadas peleas con heridas que incluyen patas, pinzas y antenas perdidas. Pero no siempre las disputas son por la casa. En esta ocasión un suculento mejillón provoca el encarecido acoso del pequeño Pagurus anachoretus sobre el gran ermitaño rojo de Mediterráneo, Dardanus Calidus.
Escrito por Aurelia Artolachipi
Foto: Manuel Campillo
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